Venus directo: el balance de las relaciones
- Gabriela Borraccetti
- 15 abr
- 5 Min. de lectura
Desde el 28 de enero hasta el 13 de marzo, Venus ha estado en sombras y retrógrado. Para resumir, este movimiento implica la revisión de temas que implican la igualdad, el equilibrio, la paridad y el intercambio con los demás. En muchos casos, el foco del tránsito planetario se centra aparentemente en la pareja, cuya palabra describe muy bien "al par", al igual y a la persona con la que más frecuentemente nos es dado aprender a equilibrar posiciones opuestas. Sin embargo, no es necesario andar de a dos or la vida para observar estos desequilibrios. Cualquiera que ocupe el lugar de un "otro", es decir, un opuesto a mí, puede ser el espejo en el que nos tengamos que mirar para reconocer que cosas están pendientes de equilibrio.
Durante este lapso de tiempo, nos avenimos conscientemente o no, a modificar patrones de comportamiento que son nocivos, deficitarios y desiguales.
Aprender que Venus rige todo lo que se pone en una balanza para asegurarnos de que quede nivelada y reparta partes iguales de compromiso, derechos y obligaciones, es un trabajo constante que no siempre estamos dispuestos a hacer. Por lo general, en vez de considerar que somos uno de los dos platillos que sube, baja y se desbalancea con algunas simples variaciones, nos ubicamos en el lugar del juez que dictamina que pesa más, quien tiene la razón y quien derecho a reclamar, ya que asumimos sin más que estamos asistidos por un infalible y autopercibido sentido de ecuanimidad.

En una relación de dos, siempre hay una batalla, sobre todo cuando se trata de Aries. Y en esa batalla, se busca generalmente un ganador. Sin embargo aquí Venus no pide ganadores, sino que haya paz con uno mismo, equilibrio interno y una mirada que para constituirse en "justa", necesita desechar posiciones de viejas demandas de amor que provienen de nuestros complejos inconscientes (Piscis). El retroceso que realiza Afrodita yendo de Aries a Piscis, requiere afinar y pulir el amor por uno mismo con el amor por todo lo demás. No hay forma de amar a nada ni a nadie si uno no comienza por uno mismo. Y es que muchas veces, la gran mayoría, diría, le pedimos al otro que nos ame más que lo que nos amamos nosotros mismos.
Para reconocer los efectos de este tránsito, podríamos pensar por cuales situaciones pudimos haber pasado, para que se nos haga evidente el desajuste de los temas de relación, de los derechos que tenemos y de la libertad que necesitamos para considerarnos valorados como individuos.
Si hemos transitado por discusiones a punto de ruptura, planteos de finales cortantes o incluso tener que enfrentarnos con alguien que por una u otra razón fuese evasivo, excesivo en sus demandas, confuso y poco razonable como quien discute con alguien que tomó bastante alcohol, entonces hemos estado haciendo ajustes necesarios para redefinir que es la igualdad. También es posible haber interpretado el papel de "víctima", en cuyo caso con llanto o demandas asiduas, podríamos haber puesto en fuga a quien decimos amar.
Afrodita nos trajo la oportunidad de usar su "espejito espejito" como un excelente retrovisor que busque en el pasado, que dolores nos traspasan aún en forma de patrones inconscientes que llevan en sí el miedo a no ser amados.
Donde algo se haya desbalanceado y una de las partes pueda haber tomado excesivo tono de demanda, de pegajosidad, de incondicionalidad novelesca, de victimización, de culpa percibida o atribuida o de ocupar un sitio de exceso o de defecto de cualidades o atributos, hay un trabajo que necesitamos realizar para recuperar el equilibrio perdido. Al colocar al "otro" en un sitial de tanta imposibilidad, -como lo es ser indispensable, mágico, dador de nuestra única felicidad y demás infantilismos narcisistas-, habremos asistido a crear nuestra más temida soledad. Venus en forma directa, se irá preparando para afirmar que algunas compañías necesitan corrección o ser borradas de la agenda.
Si por ejemplo me la paso todo el tiempo pidiéndole a alguien que sea y que haga todo lo que yo pienso y quiero, estoy eligiendo quedarme solo/a. No va a haber persona en el mundo que pueda encarnar al genio de la lámpara para amoldarse al cuenco de mis infinitas necesidades, miedos y complejos afectivos. Además, que podría dar a cambio? Bueno, nada más que pena y culpa, cosa bien lejana a la reciprocidad.
La eterna sed de amor de Venus en Piscis, es una amenaza en la cabeza de Aries. Y es lógico que este tipo de exigencias, necesiten manifestarse para poder ver el tamaño de una demanda imposible de cumplir por el mero hecho de no ser dioses sino humanos. Reclamarle al otro semejante sacrificio, no pertenece ni al amor, ni a lo justo, ni a lo bello ni a lo que nos hace sentir paz y equilibrio.
Venus en Aries se busca sí misma, mientras que en Piscis busca a todo el mundo y sobre todo busca seres que encarnen arquetipos místicos y míticos. En esta última versión, la diosa del amor repite el deseo de "incondicionalidad", mientras que en Aries, eso es lo mismo que amenazar de muerte a cualquier relación. La lucha entre ambos principios o modos de amar, entran aquí en conflicto para dar a cada parte lo que merece: en Piscis, amarlo todo sin poseer y en Aries, amarse a sí mismo. En realidad, ambas cosas son posibles y necesarias.
Si en estas dos formas de amor algo se ha conflictuado, es necesario revisar que es lo que nos sucede como para sin consciencia, obligar al otro a salir corriendo o tener ganas de hacerlo nosotros. Lo más seguro es que algo enterrado en el fondo submarino de nuestro aparato psíquico, nos esté enviando un mensaje para que dejemos de repetir un patrón que siempre confirme el mito de "nadie me quiere"o "nunca podré querer a nadie".

También es frecuente con esta combinación, que nos sintamos victimarios de un otro que moriría si llegáramos a romper el vínculo. Sea cual sea el asunto que nos ponga los platillos en desnivel, será necesario tratar con el tema de lo inconmensurable, lo infinito y lo finito, la idealización, la confusión, la pena, la nostalgia uterina y la renuncia, ya que algunas veces es posible que un final, sea inevitable por cuestiones más reales que un trauma inconsciente.
También tendríamos que sumar los límites, la culpa, el deber y lo que debe terminar por su propio peso, pues no es en vano que Saturno esté acompañando al movimiento directo de Venus, poniendo obligadamente los pies en tierra.
Venus retrograda para que recobres el significado de lo que es justo, de lo que es el amor, de lo que nos iguala. Te deseo el encuentro del punto intermedio, de la reconciliación de los opuestos y de la noción del amor y la paz necesaria para tomar cualquier decisión. No es justo ser víctima, ni dar pena, ni rogar. No es justo querer imponer nuestra medida de igualdad a los demás, no es justo seguir lo que debe finalizar y no es justo finalizar lo que para seguir, necesita de resolver viejos miedos. Espero que el resultado de tu balance, no solo incluya al otro sino que te incluya a tí. Es tu propio equilibrio interno lo que permite que fuera de tí, exista el equilibrio también! Al final, Venus volverá a Aries con un sentimiento renovado de libertad para emprender algo que hoy por hoy, necesita sacudir el polvo de lo que ya no es.
Comments