top of page

 Psicoastrologuia
  Terapia donde estés 

El maltrato del tiempo en la era digital: responsabilidad y respeto en un recurso no renovable

  • Foto del escritor: Gabriela Borraccetti
    Gabriela Borraccetti
  • 18 jul
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 21 jul

Vivimos en un tiempo donde la inmediatez y la hiperconectividad dominan nuestra vida cotidiana. En esta era digital, el tiempo parece haberse convertido en un recurso flexible, incluso descartable, que a menudo se gasta sin conciencia ni respeto, tanto hacia uno mismo como hacia los demás. Esta paradoja tiene consecuencias profundas en nuestras relaciones y en la manera en que nos responsabilizamos por nuestros compromisos. En este artículo, exploraremos por qué muchas personas actúan como si el tiempo ajeno fuera suyo para disponer y por qué reaccionan con molestia o resistencia cuando se les pide hacerse cargo de sus propias pérdidas temporales.



ree

El tiempo como recurso no renovable y el valor del respeto

El tiempo es el único recurso verdaderamente finito que poseemos. Cada minuto que pasa es irrecuperable, y su manejo define en gran medida nuestra calidad de vida y nuestras relaciones. Sin embargo, la cultura contemporánea muchas veces desconoce esta realidad. Cancelar un turno, pedir que se modifique una cita a último momento o simplemente no valorar el tiempo invertido por otros para aportar calidad de vida, -desde amigos y relaciones cercanas, jasta peluqueros y personas que ofrecen servicios en general-, es un reflejo de una desatención grave al valor del tiempo, que puede interpretarse como una forma de maltrato interpersonal.


La creencia de que el tiempo ajeno se puede manejar porque “se lo pagan”

Un aspecto complejo y frecuente es la idea errónea de que “si se paga un servicio, entonces se puede manejar o exigir el tiempo del otro como propio”. Esta creencia responde a una lógica de posesión que reduce el tiempo ajeno y muchas veces propio, a una mercancía, olvidando que detrás del servicio hay una persona con sus propios límites, horarios y necesidades.

Esta mentalidad instrumentaliza el tiempo y deshumaniza al otro, generando expectativas irreales y exigencias que no respetan la responsabilidad compartida. En psicología, esto se relaciona con un enfoque utilitarista y una dificultad para integrar la dimensión humana y afectiva en las relaciones de intercambio. Aun pagando, el respeto y la consideración por el tiempo del otro no pueden ser negociados ni anulados.

Quien no toma en cuenta estas dimensiones de lo afectivo, suele tener dificultades para establecer límites sanos: o le sobran o le faltan. Extremo y falto de equilibrio, el ego se tambalea entre estas dos fronteras que están lejos de ser ecuánimes.


La paradoja de la era digital: tiempo gastado sin sentido y la expectativa de flexibilidad

La omnipresencia de los celulares y la cultura del scroll infinito han modificado nuestra percepción del tiempo. Pasamos horas consumiendo contenidos sin un propósito claro, en una especie de trance digital que banaliza la experiencia temporal. Sin embargo, se está normalizando la espectativa de que otros ajusten sus horarios, hagan excepciones o “arreglen” esas pérdidas de tiempo, como si el tiempo invertido sin sentido propio tuviera la misma validez que el tiempo profesional o comprometido de otro. Por supuesto, este no es el único ítem de nuevas distorciones en materia de valoración. Pero la premisa de que el tiempo pase rápido es una forma de gastarlo y no habitarlo. Una nueva foma de superficialidad que baña casi a cualquier categoría: la profundidad de los vínculos, la del conocimiento, la de los compromisos que hoy, no son a largo plazo.


El mecanismo de defensa ante la responsabilidad: la resistencia y la ofensa

Cuando a alguien se le confronta con la necesidad de hacerse cargo de sus compromisos y respetar el tiempo propio y ajeno, muchas personas reaccionan con molestia o incluso con enfado. Este rechazo puede interpretarse como un mecanismo de defensa, una forma de evitar el malestar que produce asumir la responsabilidad de la pérdida de tiempo o el incumplimiento. La “pataleta” es, en ese sentido, un intento de preservar una imagen de control y evitar la vulnerabilidad que implica la autocrítica. Nunca es grato mirarse al espejo cuando lo que uno está controlando, es la imagen y no el centro de la propia existencia.


La educación emocional y social como camino para recuperar el respeto por el tiempo

En general, no se nos enseña desde pequeños a valorar el tiempo propio ni el ajeno, ni a gestionar adecuadamente nuestros compromisos temporales. Esta ausencia de educación emocional y social facilita que se naturalicen conductas que desprecian el tiempo como recurso valioso. Por eso, recuperar el respeto por el tiempo implica también desarrollar límites claros y una comunicación asertiva que proteja ese recurso vital.


Cuidar el tiempo: una forma de autocuidado y respeto interpersonal

Valorar el tiempo no solo es cuestión de eficiencia o productividad, sino también de salud emocional y respeto por uno mismo y por los demás. Cuando hacemos un turno, una cita o un compromiso, reconocemos que ese tiempo es un acuerdo de confianza y cuidado mutuo. Cancelarlo sin responsabilidad o esperar que otros se adapten a nuestras pérdidas temporales, sin consideración, es una forma sutil pero real de maltrato que afecta la calidad de nuestras relaciones. Lo mismo corre para todos, ya que todos estamos por turnos de alguno de los dos lados del mostrador: si a tí te duele, al otro también.


Conclusión

En tiempos donde la digitalización y la rapidez moldean nuestra experiencia temporal, es urgente volver a considerar el tiempo como un recurso sagrado, finito y compartido. Hacernos cargo de nuestro tiempo y respetar el de los demás es un acto de responsabilidad y madurez emocional que fortalece vínculos y protege nuestra salud mental.

Si sentís que este texto te habla, recordá que tu tiempo y el de quienes te acompañan merecen respeto y cuidado. Cultivar esa conciencia es también una invitación a vivir con más presencia y autenticidad.

🔗 Si te sentís reflejado en este texto y estás buscando un espacio de acompañamiento emocional, podés conocer mi propuesta de terapia online:👉 www.psicoastrologuia.com/terapia-online

2 comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
Invitado
19 jul
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Tal cual. No respetar los tiempos de otros, es mirarse el ombligo.

Me gusta
Psicoastrologuia
21 jul
Contestando a

Así como no respetamos nosotros a evitar querer agradar y decir "sí" antes que "no", quizá tengamos que empezar a entender que si no sabemos respetar lo nuestro tampoco sepamos respetar lo ajeno. Y sí, es mirarse el ombligo, sobre todo cuando hay dinero de por medio y se intenta anular la dignidad del otro "porque te pago". Esa es la peor versión. Gracias por comentar!

Me gusta

© 2023 by Flora Day. Proudly created with wix.com

logo psicoastrologuía

Gabriela Borraccetti

Terapia donde estés – Psicoastrologuía: integración, conciencia y transformación

Logo de terapia donde estes
bottom of page