Son varias las personas que leyeron mis artículos y escucharon el video en el cual, allá por noviembre de 2017, hablé del Ara San Juan.
Les cuento como dato que quizá a nadie le parezca significativo, que cada vez que nombro al Ara, tengo que "autocorregirme" mentalmente, puesto que me sale decir o pensar en un "Ara General Belgrano", el nombre del buque que hundieron los ingleses en la guerra de Malvinas.
Como bien conocemos los que ejercemos la profesión en las aguas de la psicología profunda, un fallido de semejante insistencia, tiene sin dudas un significado y una carga especial que esconde en el sótano del inconsciente alguna asociación que hemos censurado.
Y es cierto. Esa censura existió en el mismo momento que ví el mapa celeste del día en que se dió a conocer el último contacto del submarino con la gente de tierra. Allí Plutón estaba en un tenso contacto con Marte, lo cual para los que no son astrólogos, no es más que hablar en chino, pero para cualquiera de los que tenemos al menos una noción de astrología, no puede obviarse la violencia y la consistencia de tal contacto. No obstante, preferí enfocar mi mirada en un lugar que no era justamente foco de configuración, dando suprema importancia a Urano, -un principio relacionado con lo accidental y lo que se sale de control-, que también estaba implicado en dicho alineamiento.
El hundimiento del General Belgrano anudado a la supuesta desaparición del Ara, es una treta fabulosa para darme un cachetazo cada vez que intento ignorar que el conflicto puede ser mucho más grande de lo que se ve en la superficie. Plutón y Marte me dejaron impresa la sensación de un ataque y el recuerdo de Malvinas y como si fuera poco, había ya observado que la guerra por nuestras Islas y el submarino, tenían signada la misma conjunnción Plutón/Saturno, tan típica de los conflictos limítrofes, conjunción que vuelve a formarse y que mientras tanto se va prefigurando por la posición de Plutón en el Signo de Saturno, o sea, Capricornio.
A esta altura puede que Ud. tenga una ensalada rusa entre mis asociaciones y las configuraciones astrológicas, pero pasándolas en limpio, podemos comenzar diciendo que:
1- Plutón predomina en la configuración del día del último contacto. Es en este planeta donde confluye el enfrentamiento entra Urano en Aries y Luna/Marte en Libra. El dios del Hades, que rige todo lo oculto, el poder por la dominación, el espía y lo que es espiado, la usurpación y la ira del usurpado, lo clandestino y lo que se mueve por debajo de lo visible, describe tanto al submarino como al que lo avista, persigue o vigila, entre otras opciones.
Urano y Plutón nos lleva a pensar en la exclusión de lo diferente, de lo que no se espera, del que se rebela y revela. Y Plutón/Luna-Marte, al invasor y a la invasividad de un territorio (Luna) en litigio´o con un enfrentamiento que simbolizan la misma oposición Aries/Libra, Marte en Libra. Sea un misil, un arma, un disparo, Plutón y Marte señalan algún tipo de violación de territorio (Luna).
Si en mi lugar hubiera un astrólogo inglés, colocaría al invasor del lado Argentino. Como soy Argentina, puedo colocar al usurpador del lado inglés. Así que el mismo símbolo leído por dos personas cuyas identificaciones pasan por lugares y afectivizaciones distintas, haría que la lectura fuese tan válida para ellos como para nosotros, solo que los personajes de la historia, ocupan distinto lugar.
Lo importante no es entonces si tengo razón yo o tiene razón el inglés: esto sucede con todas las lecturas en donde se pretende que cada planeta es una persona distinta. No es el modo en que leo astrología ya que el cielo no da la razón la razón a nadie. Describe de modo imparcial, -nosotros somos los que siempre colocamos subjetividad y favoritismos-, lo que en ese día podía ocurrir. Se manifestase como una pelea de pareja en la que lo violento y la manipulación son ley, como en una guerra por el poder o un ataque "invisible".
Aries y Libra son un eje que enfrenta al yo con el otro, a uno con su oponente.
-Urano Versus Luna/Marte, implica lo que se sale de control, lo que nos sorprende como un disparo.
-Y si el disparo lo hace Plutón, -el poder usurpador-, a un submarino, -un arma invisible-, entonces es algo que quizá no deje que el cuadro entero de enfrentamiento se pueda ver en la superficie. No sin causar un conflicto mucho más grave y que por eso puede llegar a mantenerse oculto, al menos hasta que Plutón y Saturno se encuentren y decidan enterrar o desenterrar o ambas cosas a la vez. Cuando uno entierra algo, queda la cruz fuera idicando que allí hay algo oculto. En el mismo intento de ocultar, algo sale a la luz.
El motivo del ocultamiento es como siempre, aquello que se teje por debajo de los hilos del poder "legal" que simboliza Capricornio. Plutón en este Signo, se hace de legalidad para apropiarse por derecha de aquello que no le corresponde. Por eso mismo es un símbolo de guerra que aumentará en tamaño cuando Saturno se acerque a él.
Aparentemente sería muy difícil explicar de un lado y del otro, por qué aconteció lo que aconteció y por algo se ha tapado lo que podría en otro momento, haber desembocado en el primer disparo de guerra.
2- Plutón por aquel entonces, se oponía al Sol de Argentina en el eje Cáncer/Capricornio, plantado justamente dentro de la Casa IV o lo que es lo mismo, el propio territorio Nacional.
El Sol muestra la figura presidencial, también al soberano y también a la soberanía. Que tipo de mensaje es este para un país que como el nuestro, se hunde en nuestras narices por endeudamiento y un clima social cada vez más álgido?. Si observamos astrológicamente los hechos y actores que intervienen en estos momentos, no caben dudas de que Plutón/Saturno/Capricornio, tienen algo que señalar. Dichos símbolos están presentes tanto en la Carta Natal del FMI, -que nos hunde pero de otra manera-, como en la de la guerra de Malvinas, el nacimiento del Ara San Juan y la actual posición de Plutón y Saturno que formarán una conjunción exacta en 2020. De aquí hasta allá, existe un tiempo de incubación que ya podemos empezar a despejar. Estamos en problemas y habrá que resolverlos.
Más allá de que haya existido una maniobra de ataque al submarino Ara San Juan o haya sido un "accidente", lo que es INDISCUTIBLE es que los actores que se ponen en juego en esta trama, están unidos por un hilo invisible: los límites, las fronteras, -con lo cual Chile no queda exento de esta novela-, los conflictos bélicos, los intereses territoriales, el tema de la riqueza, la corrupción, el endeudamiento, la apropiación o expropiación, la ilegalidad en su faz más difícil por ser la que se encarama sobre el poder legal, nos traen un nuevo capítulo de lo viejo y lo irresuelto desde las invaciones inglesas hasta la actualidad. Las casualidades astrológicas no existen y los fallidos, -que parecen salidos de la nada pero tienen razones invisibles generalmente valederas-, no mienten. A lo sumo, nos mentimos nosotros. Y yo no puedo mentirme: no quise ni quisiera ver ni saber que el submarino fué hundido.
Si en algún momento pensé en no escribir nunca jamás lo que acabo de escribir, es porque había familias esperanzadas y yo tenía esperanza. Escribí que ojalá mi pronóstico significara que lo que parecía que iba a quedar en el fondo del mar, fueran los fierros retorcidos del Ara y no sus tripulantes. Pero el tiempo pasó y allí está ese secreto, gritando que descubramos algo que nos puede traer viejas memorias de inmemoriales confllictos.
El buque General Belgrano que los ingleses hundieron en Malvinas, reemplazando en la consciencia al Ara que no quise pensar hundido por un enemigo, me está remitiendo al acorde de Plutón/ Saturno que arroja al fondo (Plutón), -del mar, monetario o el que fuere-, los fierros, las estructuras, las fronteras (Saturno), que se retuercen, quiebran o derrumban para dar nacimiento a un nuevo ciclo que pasa por refundir para refundar todo aquello que no haya terminado de salir a la luz de la superficie, de la consciencia y en síntesis, del conocimiento.