El 21 de junio llegamos al Solsticio, palabra que significa que el Sol se encuentra "quieto".
La quietud del Sol es como Ud. supondrá, algo aparente, ya que lo que sucede en verdad, es que el Globo cambia su orientación respecto del Sol, comenzando a alargar los días en un polo y a acortarlos en el otro.
Hasta el día de hoy, los días se fueron haciendo más largos hasta alcanzar en el Hemisferio Norte o Boreal, el día con más tiempo de luz solar del año, en tanto que para los que vivimos en el Hemisferio Sur o Austral, se inaugura el Solsticio de Invierno a partir del cual, la noche más larga del año, le cede el paso a la luz que a medida que pasen los meses, se hará predominante en verano.
Se puede decir que esta es la manera en que la Tierra, con una animación muy particular, nos muestra el Yin y el Yang en movimiento, presente en nuestra naturaleza.
Las personas tienen un lado luminoso y uno oscuro, un lado consciente y otro inconsciente y con los Signos del Zodíaco pasa lo mismo. Cáncer, -Signo al cual entra el Sol-, suele espejarse en Capricornio y viceversa, siendo uno el lado "oculto" u obscuro del otro. Paralelamente, el Yin y el Yang, son eso: la sucesión cíclica del contraste que además asegura que distinguimos el calor, la luz y la vida, por contraste respecto del frío, la oscuridad y la muerte.
Por lo general estas comparaciones simplifican mucho la danza vital, pero en líneas muy generales, aprendemos el valor de cada experiencia por "contraste". No podríamos saber lo que es un fulgurante rayo del Sol si solo conociéramos la visión de los paisajes nocturnos, ni sabríamos que significa el calor, si no hubiésemos sentido frío. Tampoco podríamos conocer el amor sin reconocer al odio, la compañía sin haber estado solos y así con cada cosa que experimentemos en la vida.
Lo que en un lado de la tierra se oculta gestándose para nacer, en el otro llega a su apogeo y empieza a decaer. Constantemente el mundo se mueve, como se mueve nuestra vida, y aquí vamos nosotros, en ese camino, intentando comprender que nacer y morir, son momentos máximos y mínimos de vitalidad, enlazados por el símbolo del infinito. De este modo, el Cielo nos muestra el balance de lo que es opuesto, pero a la vez complementario, y en lugar de señalar lo "superior" y lo "inferior", pone en relación al par día-noche, norte-sur, Sol y Luna, festejando la danza eterna de un ciclo que retorna, se invierte, gira una y otra vez. Para el cielo no existe aquello que sea mejor o más importante, sino un constante equilibrio de fuerzas, que se conserva aún en la mayor diferencia.
Cabe destacar que en este trimestre, retrogradarán los planetas llamados "exteriores", Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Siempre que hay una retrogradación, el que está implicado es el Sol. El aprendizaje es para el espíritu, -pues eso es lo que este astro simboliza-. Necesitamos reconocer a fondo nuestras motivaciones emocionales, terrenales e identitarias. Una forma nueva de vivir en las "creencias", de reconocer los propios límites, de utilizar la imaginación y la intuición y de regenerar nuestro ego. Tendremos que aprender a valorar un momento de suerte, a no pasarnos de algunas rayas, a no evadir responsabilidades, a no fantasear o alterar nuestra consciencia por medios artificiales y también a demoler esas partes nuestras que se comportan de manera extrema.
Que el Solsticio te deje este mensaje: quien levanta primero el índice para juzgar, será el siguiente en estar en la silla del acusado. Nadie pasa por la luz sin un poco de oscuridad. Feliz aprendizaje, feliz Solsticio.
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