El clásico cuatrimestral de la Astrología es el famoso y reiterado Mercurio retrógrado.
Mal que mal, todos hemos aprendido a mal-decir cuando este planeta decide dar una aparente marcha atrás en el cielo. En broma o no tanto, su notoriedad se correlaciona con la serie de "accidentes" que vivencimos, y en los que siendo parte generadora o receptora, nos vemos obligados a detener nuestros pasos o nuestros planes, para modificarlos, reparar todo tipo de daños e incluso, en algunos casos, asistir a momentos de pérdidas o duelo.
Siendo un planeta con un currículum extenso, nombraremos las funciones y lugares más comunes de este dios alado: como dios de los caminos, podemos perdernos en encrucijadas, como dios de la comunicación, podemos confundir o deformar significados, como dios del comercio, se nos puede ir el dinero de la billetera más rápido de lo que ya se va, y por si fuera poco, como dios de los ladrones, pueden ser estos la causa de dicha falta. Su carácter bromista, -aunque muchas de sus bromas sean pesadas-, no lo convierten en un gracioso durante el tiempo retro. Más bien, todo lo que nos causa es interpretado como un obstáculo o un dolor de cabeza que parece tener solo la función de entorpecer nuestra rutina, pero sobre todo, dejarnos el deber de aquello que es necesario reparar, esperar y repetir aquellos pasos que sin querer, nos hemos salteado.
Se trata de una época en la que somos guiados más por nuestro inconsciente que por nuestra razón y es por ello que el mundo onírico, la vía del arte y de los sueños, son un buen traductor de contenidos que pasan desde el fondo a la consciencia. Sin embargo, también cumple la función de Psicopompos, es decir. la del que acompaña a las almas al otro lado de este mundo. Ya sea de la superficie al fondo o del fondo a la superficie, el ejercicio es dejarnos guiar por la mente profunda y sus símbolos. Necesitamos salir de la lógica e ir a la reflexión. No vale nada hacer preguntas simplistas de si algo es bueno o es malo, si es blanco o es negro, si es hoy o es mañana. No es poco frecuente vivenciar en este tiempo, la ausencia de alguien querido. Si hay alguien enfermo o muy viejito, puede que Mercurio le de una mano y le acompañe hacia el otro lado de la orilla. Y es este tipo de experiencias las que más nos confrontan con la necesidad de una vida significativa.
Mercurio tiene una capacidad increíble para aparecer en esta época allí donde no lo esperábamos. Normalmente nos quedamos recalculando nuestra dirección en muchos aspectos, ya que lo que se nos pide es que encontremos el sendero a través de un acto de introspección y no de un googleo en el navegador. No es lo mismo seguir en el piloto automático de la razón, la lógica, la suma y resta de nuestras operaciones mentales, que tener que recurrir a la re-flexión, por cuyo camino encontramos lo que realmente tiene significado. Con cuanta gente de la agenda del teléfono podríamos tener una charla profunda?. Con cuantos de los objetos que tenemos, podríamos vivir y cuantos son solo "adornos"?. Que es lo que verdadero y que es lo falso?. Es hora de detener el ritmo de algo que no nos conduce a ningún lugar más que al agotamiento?
El descanso que propone Mercurio retrógrado a nuestra mente lógica, nos pone en contacto con el lado más profundo de nuestra psique: es un época en la que borramos a alguien de nuestra agenda por desacuerdos o por encontrar que ya nos nos hace falta ocupar el tiempo con cosas superfluas. Es la espiritualización y la búsqueda de lo esencial. Debemos tener en cuenta que no se puede espiritualizar nada si vivimos apegados a hechos tangibles y medibles o a clichés de sabiduría preimpresa.
Sin reflexionar, sin buscar sentido a nuestras decisiones, a nuestras relaciones, a nuestras palabras o a nuestros sueños, a nuestras acciones, perdemos una cantidad de información interna y valiosa que nos deja en la superficie y la apariencia de las cosas. Mercurio retrógrado nos pide que revisemos esta situación: si nos aporta sentido el camino en el que estamos yendo, si estamos comprometidos con lo que decimos, si las palabras tienen algún peso o son simplemente un relleno de tiempos vacíos.
Hagas lo que hagas en esta época, los accidentes aparentes, las mentiras aparentes, las rupturas aparentes, todas estas cosas tan aparentes como la retrogradación del planeta que en realidad no va hacia atrás pero "parece", nos tiene que servir para abandonar los caminos que no conducen a ningún lugar.
Una vida sin verdadero significado, sin dirección clara y sin brillo, se llena de vuelos rasos y conceptos pobres que no conducen a ningún hallazgo esencial. Si te han mentido, quizá no te han mentido: puede que hayas pasado por alto las banderas rojas que te avisaban que no fueras por esa ruta. Si algo se ha roto o descompuesto, quizá sea para que te detengas y cambies de rumbo, si has soñado con una solución que no encontrabas de otra forma, es el mejor mensaje para corroborar que "cálculo" y "objetividad", no son verdadera información o inteligencia. La vida es algo que no se resuelve con lógica, sino con el conocimiento que llega desde el interior hacia la consciencia. Conócete a tí mismo. Aprende a escucharte y aprende a escuchar. Para ello, como dice el dicho, la vida nos dió dos orejas y una boca. Silencio y escucha, son dos ejercicios que bien hechos, nos aportarán verdadero significado en todos los ámbitos de la vida.
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