Normalmente, las consultas más comunes se pueden resumir en amor, dinero y salud; es decir, aquellas que como tópico, reúnen la famosa fórmula de la felicidad.
Un astrólogo tradicional, observará las condiciones del Sol Natal, la Luna, los planetas como Venus y Júpiter , -o los llamados benéficos-, y su interacción con los "maléficos", -Saturno, Marte, Plutón-. Estar "bien aspectado", supone una gran mano del destino y menos escollos para acceder al paraíso de una vida "fácil", sin grandes desafíos. Sin embargo, he visto una y otra vez, Cielos difíciles en personas que florecen y Cielos fluidos en personas que se quedan eternamente esperando a crecer. Entonces: en qué consiste esta felicidad?. De que depende? Nacemos con estrella o nacemos estrellados?

En primer lugar, tenemos que definir si existe el libre albedrío, -es decir, eso de que todos podemos lograr cualquier cosa que deseemos-, o si por el contrario existe el destino, ese que nos condiciona a cumplir con algo que está escrito en las estrellas y es inexorable e inapelable.
A través de una larga lista de años y personas que han pasado por mi consulta, observo una y otra vez que el camino trata en realidad, de una combinación de ambos extremos. El baile binario entre luces y sombras, blanco y negro, bueno y malo, no nos permite ser creativos, tener ideas propias, desarrollar criterio personal ni felicidad genuina. Vivir atado a recetas que otros han escrito, es ponerse los zapatos de otro para caminar un sendero que no elegimos con el alma sino con cálculos y probabilidades estadísticas, normalmente decididas por lo que "hace la mayoría", es aceptable o esperado.
Nada es pura libertad y nada es puro destino. En el medio de estos polos, estamos nosotros llevando una chispa que de crecer y volverse luz-consciencia, nos va a permitir el desarrollo como seres plenos. La iluminación consiste entonces en ser capaces de vivir lejos del dolor y más cerca del corazón, sin derecho y sin revés, plantados en este momento, aquí y ahora y sin guerras con nosotros mismos.
Entonces que es consciencia y como nos lleva a la felicidad?
La nuez en el mar: el destino. Cuando menos conscientes somos, crece la tendencia a sentirnos víctimas de los sucesos, de las personas y situaciones que nos tocan vivir. Aquí es donde más peso tiene la palabra "Destino", ya que quedamos a merced de él y pasamos los días como si fuésemos una cáscara de nuez en el mar: a merced de las olas de la aprobación, la desaprobación, la pertenencia y las definiciones de felicidad que se reflejan en las fotos en el Instagram. Durante este primer estadio, no sabemos lo que nos va a suceder y sostenemos la creencia de que "la vida es algo que nos ocurre". Como no estamos implicados ni tenemos ningún rol más que soportar las mareas , percibimos el vivir como amenaza. A lo sumo, esperamos "tener suerte" y si las cosas salen mal, se deberá seguramente al hado que nos persigue. En este sentido, la astrología predictiva, se vuele una droga que se consume para saber si los planetas nos traen suerte o desdicha. Lo que nos suceda, se achaca a los astros y nos libera de toda responsabilidad, transitando una vida que es puro oleaje y rachas energéticas fuera de nuestra voluntad.
2. El propio poder y el libre albedrío. A medida que damos algunos pasos y probamos ensayar otras definiciones, nos topamos con el libre albedrío que nos propone "tomar el control" y llevar las riendas de los hechos. Tener "poder" sobre los demás y sobre nosotros, voluntad férrea y la suficiente "fuerza" para repeler el control ajeno, se vuelve el paraíso al que nos proponemos llegar. El creer que podemos vivir sin ningún tipo de condicionamiento, puede darnos la sensación de que existe un estado de invulnerabilidad que podemos manejar a antojo. Si uno lo logra, se a superado por propio mérito y si no, se puede sentar a llorar el fracaso. En este momento de la consciencia, se nos propone abandonar posturas que se codeen con la humildad, la sensibilidad y la receptividad. Soñamos con no sufrir emocionalmente y la palabra "fuerte", "competitivo", "líder" y "éxito", van todas de la mano junto a "invulnerables y valientes". Lo demás, sería calificar como "débil", "flojo" y una larga cadena de adjetivos que nos repetimos como castigo si no ignoramos o no podemos atropellar a los demás. Es esta la mejor receta para generar soledad, egoísmo y bloqueos emocionales tras una máscara de falsa seguridad. Lo que hay por debajo es miedo de no ser querido y aceptado y se paga con el terror a perder el poco o ningún dominio aunque sean cosas mínimas o simplemente materiales. De ahí que muchos conflictos sean absurdos y muchas envidias la reacción a un sentimiento de ser infinitamente pequeños.

3. El atajo: las recetas de la felicidad. Si somos capaces de darnos cuenta de que el control no trae la felicidad sino más bien una armadura que nos va separando de los demás y de nosotros mismos, aún podemos irnos a vivir a la cabeza, tratando de habitar en los conceptos e insistiendo con conseguir grandes logros con poco esfuerzo. Cursos de espiritualidad, pintura de mandalas y una lista enorme de "como deberíamos ser". No queremos saber quienes somos, sino como "habría que ser". Se supone que hay un modo correcto de "llegar" y junto con este modelo, alguien con una manera de ser también correcta y lista para alcanzar el éxito. Una vez más, seguimos sin poder ver con nuestros propios ojos. No aceptamos las cosas como son, sino como se supone que "deberían de ser" y por ende, generamos nuestro propio sufrimiento cuando contrastamos lo que fantaseamos que debería suceder con lo que realmente sucede. La famosa frase de que "si lo deseas se cumple" o que "El Universo conspira a tu favor", son falsos paradigmas que proponen una mágica alineación entre la película que creamos en nuestra cabeza y los hechos que vivimos en la realidad cotidiana, hasta que un día descubrimos que después de repetir mil veces la palabra "cancelado" y unas cuantas fórmulas más, el Universo parece estar sordo o quizá simplemente, no ha nacido para cumplir con nuestras ensoñaciones.
4. El faro de la consciencia. Si en algún momento del camino comprendemos que no se trata de ser ni víctima, ni victimario, ni afortunado, ni exitoso, podemos descubrir quela vida es algo extraordinario a lo que debemos otorgar sentido. Aquí necesitamos ser conscientes de estar condicionados por el pasado pero no necesariamente condenados a un futuro. Aceptamos que el flujo de la vida incluye dolor, pérdida y muerte como parte del camino y que resistirnos a ello sólo provocará sufrimiento. Finalmente, descubrimos que la vida ocurre a través nuestro. En esta etapa aprendemos a confiar en nosotros, a saber que pase lo que pase, podremos aprender y dar sentido a cada suceso y a cada decisión que tomemos y también, que no hay miedo cuando aceptamos la vida desde la A hasta la Z. No es lo mismo vivir apostando como en un juego, decidiendo según mandatos, conceptos o fórmulas. Vivir conscientes es encontrar felicidad aún donde otros no la encuentran. No olvides de borrar las "expectativas" porque ellas son las que generarán dolor. Pero para borrarlas, ha de despertar primero la consciencia. Obviamente que a esta altura, ha cambiado la definición de felicidad y llegados a este punto, nos encontramos con que es mucho más parecida a la paz que a la algarabía. Aunque esto sepa a poco, se rebelará en su momento como el oasis al que llegarás después de haberte sentido una cáscara de nuez, un ser pequeño, frustrado, enojado, alguien inadecuado y fuera de lugar, víctima del hado o vanamente omnipotente. A partir de ahora, nada se interpone ni choca con tu ser porque no estás dispuesto a discutir con la realidad. Ser consciente es ser un guerrero que no combate contra sí mismo, sino que conoce cuales son sus verdaderas batallas. Y ellas tienen y otorgan sentido a nuestra existencia.
Recuerda: todos tenemos herencia, pero no estamos condenados. Todos tenemos destino y también libertad. Lo que hace de puente entre ambos extremos, es la consciencia. Y la consciencia lleva a la felicidad.
Ninguna Carta Natal nos dice si lo vamos a lograr. Pero todas y cada una prometen una batalla mítica que nos puede convertir en héroes. Darás tú la tuya?
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